EL PACTO CON EXTRATERRESTRES

Mediante el NSC10/2, se fundó un grupo de estudio compuesto por científicos eminentes que se reunían en secreto.

El Ministro de Defensa, James Forrestal, se enfrentó a esta conspiración de silencio. Cuando planteó el problema de los extraterrestres y quiso comentarlo con los dirigentes del partido y del Congreso, el presidente Truman le advirtió que no lo hiciera. Pero Forrestal insistió, percatándose pronto de que era vigilado.

Muchos que no conocían la verdad le tacharon de paranoico.

Más adelante se difundió la noticia de que Forrestal, a consecuencia de una depresión nerviosa, había ingresado en Betshada, el Hospital de la Marina.

La realidad, no  obstante, era que se tenía miedo a que hablase de más y era necesario aislarlo y desacreditarlo.

A una hora temprana de la mañana del 22 de mayo de 1949, agentes de la CIA liaron una sábana al cuello de Forrestal, sujetando una extremidad de esta a la habitación y lo arrojaron por la ventana. La sábana se rasgó, cayendo al suelo este, y falleciendo.

Forrestal fue una de las primeras víctimas de la Gran Conspiración.

El 4 de noviembre de de 1952, el presidente Truman creó, mediante un decreto presidencial secreto, la supersecreta Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Su función era la decodificación de las comunicaciones de los extraterrestres y el estudio de su lengua, para contactar con ellos. Esto se llevó a cabo con el indicativo SIGMA.

Además, la NSA debía vigilar el mundo entero, todas las comunicaciones y emisiones de mensajes de terrestres sobre los extraterrestres, con el fin de recabar datos para los servicios de información y, por otro lado, ocultar la existencia de extraterrestres.

El proyecto SIGMA tuvo el éxito esperado.

La NSA mantenía el contacto con la base Luna y otros proyectos espaciales secretos.

El presidente Truman puso al corriente del mismo no solamente a los aliados, sino que también informó a la Unión Soviética por si los extraterrestres se convertían en algún momento en una amenaza para la Humanidad.

Se crearon planes de defensa de la Tierra y un grupo extraordinario de vigilancia y coordinación para mantener el secreto y para proteger al gobierno de las indiscreciones de la prensa, dando como resultado una sociedad secreta llamado Bilderberg (del nombre del lugar de su fundación, Hotel Bilderberg, en Knokke). Los miembros del Bilderberg se reúnen al menos una vez al año, en lugares siempre diferentes.

La Naciones Unidas eran en este momento una farsa, como lo siguen siendo hoy, y los contactos con seres de otros mundos continuaron.

En 1953 se establecieron relaciones diplomáticas con los extraterrestres.

Durante 1954, una raza de extraterrestres de color gris y nariz gruesa, aterrizó en la base aeronaval de Holloman.

Se establecieron principios de acuerdo. Se identificaron como procedentes de un planeta del sistema de una estrella roja en la Constelación de Orión, que nosotros conocemos como Beltegeuse.

Decían que su planeta se extinguía y que no podrían vivir allí mucho más tiempo.

El presidente Eisenhower se reunió con ellos y se firmó un acuerdo entre estos seres y los Estados Unidos de América.

Se recibió entonces al primer diplomático extraterrestre del universo. Tuvo el título “Excmo. Sr. Plenipontenciario Krll”.

Estos dos aterrizajes y los encuentros fueron  filmados, y estas películas existen hoy.

En este acuerdo entre estos seres y los Estados Unidos, nos harían beneficiarios de su tecnología y nos ayudarían en nuestro desarrollo científico.

Se les autorizó a secuestrar hombres en un número y a intervalos limitados, con fines de investigación médica y de estudio de nuestro desarrollo, pero sin que las personas secuestradas pudieran posteriormente recordar nada.

La nación extraterrestre y los Estados Unidos debían intercambiarse 16 personas de forma permanente, con el fin de aprender a conocerse mutuamente.

Así, estos seres residían y posiblemente aún residan en nuestro planeta Tierra.  (Muchos de estos datos han sido extraídos de ‘Un Gobierno Secreto’ de Milton William Cooper).